EL FURGÓN

On: jueves, 19 de febrero de 2009

No sé si ustedes alguna vez, habrán tenido una experiencia aunque más no sea similar a la que les voy a contar.
Viajar en tren es una de las cosas más lindas que uno puede hacer. Claro que no es lo mismo hacerlo en un lugar que en otro. Por ejemplo, para ser más claros, no es lo mismo viajar a San Antonio de Padova (en Italia) que a San Antonio de Padua, en la provincia de Buenos Aires. 
Hace un par de semanas atrás, tuve la oportunidad de emprender un viaje hacia este último sitio. El tren que me llevaba hasta allí era el Ex Ferrocarril Sarmiento, que parte de la Estación de 11 de septiembre (*), del barrio de Balvanera.
Viajar en ese tren en los días de semana resulta una actividad por demás atractiva para quiénes disfrutan del riesgo y la aventura. Los pasajeros suelen mostrar sus destrezas colgándose de las puertas y ventas de los vagones, mientras que otros intentan hacerse lugar en un tren atestado de gente. Pero el viaje que les relato, no fue un día de semana, sino un sábado por la mañana, muy temprano. Algunos regresaban desde la Capital hacia sus casas provincianas, luego de una noche larga de jolgorio. Yo sin embargo iba a trabajar.
Mi jornada laboral resultó más corta de lo esperado (por suerte) y sin mayores inconvenientes decidí emprender el regreso cerca del mediodía. Parece ser que por esas horas a mucha gente se le ocurre venir hacia Capital, con lo cual el tren estaba casi completo. 
Me subo en un vagón escogido al azar y viendo que no había ningún sito cómodo para el viaje, decidí caminar en dirección a la locomotora. Crucé un par de vagones sin ningún inconveniente esquivando gente que curiosamente había encontrado mucho antes que yo lugares más apacibles. El tercer vagón a atravesar era el furgón. En situaciones normales - o por ejemplo los habitantes San Antonio de Padova- utilizan este vagón para colgar sus bicicletas y dado que no está permitido que allí viajen pasajeros, estas personas buscarían asiento en los vagones de transporte de pasajeros... claro está que en Argentina esto no es tan (repito) tan así, si uno cuelga allí su bicicleta y se va a tomar asiento al vagón de pasajeros, bajará de ese tren con un poco menos de peso y obviamente no le tendrá otro medio de locomoción más que sus pies.. je je...
Atravesar el furgón fue una odisea, curiosamente estaba también repleto de personas, muchas personas, muchas. Hombres en su mayoría, fumando, sentados en el piso, sobre sus bicicletas, arriba de cajas. Algunos habían decidido disfrutar el viaje jugando a las cartas, claro que la mesa imaginaria estaba ubicada en el centro del furgón y ellos la rodeaban, parados, con sus mochilas y bolsos en los hombros. Luego de esquivar unas cuantas bicicletas y de pasar por encima de la mesa del truco de los compañeros, con las debidas disculpas por pisar su sala de juego, mi nariz casi choca con una jaula de cotorras... si, si, cotorritas, no eran de plástico ni de peluche, cotorritas vivitas y coleando que rechinaban dentro del tren, mientras el vender me decía “querés una, querés una” y al mismo tiempo que con una mano se aseguraba que las estuviera viendo, apoyando la jaula prácticamente sobre mis anteojos, con la otra levantaba otra cajas también repleto de estos pajaritos verdes. 
Solo quedaban dos metros entre las cotorras y la puerta que dividía el furgón de quién sabe qué cosa, y entre piropos y vendedores (me ofrecieron medias, repasadores, lapiceras y fundas de control remoto) pasé la puerta. Cerrar, ilesa, la puerta del furgón, con una sonrisa más nerviosa que cordial, fue el signo de la experiencia de viajar con el pueblo, con los compañeros de San Antonio de Padua. 


(*) La denominación de esta estación (y de la zona en general) es en conmemoración del 11 de septiembre de 1852, día en que estalló la revolución en Buenos Aires y que significó la separación de la provincia del resto del país durante 10 años.

4 comentarios on "EL FURGÓN"

Anónimo dijo...

Un cambalache....



Igual, es un poco de realidad...

Môme dijo...

Ni hablemos del Gran Capitán porq eso es entrar en tema colérico.

Salutes

Anónimo dijo...

mira como me vengo a enterar que existe este blog, llegue mas tarde que la Mome lo que me preocupa seriamente...
...por algo no me invitaron...

Anónimo dijo...

Es que aún está en período de prueba jeje!